PUNTO CERO por Maria Carreras

PUNTO CERO
Desbloquear el fuego interior: del síndrome del impostor al arte de crear(se)
Alguna vez te comportaste como Don Quijote?
Tal vez esta pregunta te suene extraña o incluso ajena. Pero leyendo a Miguel Ruiz Jr. en Meditaciones Toltecas para el día a día, descubrí una idea poderosa que me hizo recordar al caballero de la triste figura: “La historia que te contás”.
Tal vez esta pregunta te suene extraña o incluso ajena. Pero leyendo a Miguel Ruiz Jr. en Meditaciones Toltecas para el día a día, descubrí una idea poderosa que me hizo recordar al caballero de la triste figura: “La historia que te contás”.
Lo que nos decimos de nosotros mismos, de los otros, y del mundo, configura un mapa mental que muchas veces creemos real, definitivo. Pensamientos recurrentes –conscientes o no– que terminan dictando nuestras emociones, nuestro ánimo y hasta nuestro rumbo.
El gran error es confundir esos pensamientos con la verdad. Pero no somos nuestros pensamientos. Somos mucho más.
El punto cero: volver a empezar desde lo que somos
A lo largo de los años, he aprendido a encontrar un espacio interno muy valioso: lo llamo “el punto cero”. Es ese instante de inicio o reinicio, donde antes de tomar una decisión o comenzar un nuevo proyecto, me detengo a preguntarme:
¿Qué historia me estoy contando? Este acto de detenerse y cuestionar cobra aún más sentido cuando el cuerpo nos avisa: nervios, insomnio, agotamiento, falta de aire. Señales que algo no está en eje.
Ruiz dice que, como Don Quijote, intentamos cambiar la realidad para que coincida con nuestras creencias. Y cuando no lo logramos, sufrimos.
El desafío está en aceptar que somos proceso. Que estamos siendo. Que el cambio no es una amenaza, sino una posibilidad.
El filósofo Heráclito afirmaba que nadie se baña dos veces en el mismo río. Y Heidegger nos ofrece el concepto de Dasein: ser-en-el-mundo, estar siendo en presente, en vínculo, en construcción.
PUNTO CERO
Las preguntas que abren caminos
El coaching me ha enseñado el poder de las preguntas.
Preguntas que nos devuelven al centro, que interrumpen el piloto automático.
¿Quién está decidiendo en mí?
¿Quién estoy siendo al decidir?
¿Esto que elijo me abre o me cierra posibilidades?
¿Qué necesito de mí para avanzar?
¿Quién estoy siendo al decidir?
¿Esto que elijo me abre o me cierra posibilidades?
¿Qué necesito de mí para avanzar?
Estas preguntas no se responden con fórmulas. Se responden con presencia.

El teatro como metáfora del liderazgo
Como directora de teatro y emprendedora cultural, encuentro una metáfora maravillosa: en cada obra, al comenzar, no tengo certezas. Tengo una intuición, una motivación, un deseo de conversar con el público. Cada vez que encaro una nueva producción me pregunto: ● ¿Qué quiero decir hoy?
● ¿Qué temas están en discusión en la cabeza de las personas y en la mía?
● ¿Qué incomodidades sociales, emocionales o existenciales pueden transformarse en preguntas para los espectadores?
Cuando me hago esas preguntas, me vuelvo a conectar con el fuego interno de la motivación y la inspiración. Salgo del piloto automático. Me corro del eco de los éxitos pasados. Dejo atrás las comparaciones. No busco repetir, sino descubrir lo que todavía no sé del nuevo proyecto. Y esa incertidumbre es fértil. Porque me abre a nuevas relaciones, aprendizajes y decisiones. Porque el arte –como la vida– se construye en equipo, se ofrece con generosidad, y luego se suelta… esperando que, en algún lugar, en algún corazón, encienda un nuevo fuego.
● ¿Qué temas están en discusión en la cabeza de las personas y en la mía?
● ¿Qué incomodidades sociales, emocionales o existenciales pueden transformarse en preguntas para los espectadores?
Cuando me hago esas preguntas, me vuelvo a conectar con el fuego interno de la motivación y la inspiración. Salgo del piloto automático. Me corro del eco de los éxitos pasados. Dejo atrás las comparaciones. No busco repetir, sino descubrir lo que todavía no sé del nuevo proyecto. Y esa incertidumbre es fértil. Porque me abre a nuevas relaciones, aprendizajes y decisiones. Porque el arte –como la vida– se construye en equipo, se ofrece con generosidad, y luego se suelta… esperando que, en algún lugar, en algún corazón, encienda un nuevo fuego.
Del síndrome del impostor a la acción
El síndrome del impostor muchas veces nos paraliza. Nos dice: no sos suficiente, no estás lista, no lo vas a lograr. Pero la acción nos transforma. Como en los ensayos teatrales, no hay obra sin prueba, sin error, sin coraje. Te comparto un camino posible para transitar ese punto cero, que me sirve a mí y que quizás te sirva a vos:
El síndrome del impostor muchas veces nos paraliza. Nos dice: no sos suficiente, no estás lista, no lo vas a lograr. Pero la acción nos transforma. Como en los ensayos teatrales, no hay obra sin prueba, sin error, sin coraje. Te comparto un camino posible para transitar ese punto cero, que me sirve a mí y que quizás te sirva a vos:
- Reconocé tus emociones. No las tapes. Escuchalas.
- Revisá tu diálogo interno. ¿Qué te estás diciendo? ¿Podés mirarlo desde otra perspectiva?
- Creé en quien estás siendo. Preguntate qué necesitás de vos para lograr lo que deseás.
- Accioná. Comprometete con pasos concretos y medibles. Pequeños logros generan grandes transformaciones.
PUNTO CERO
Qué tipo de fuego estás siendo hoy?
La coach Elena Espinal, en Ecología del Porvenir, recuerda un cuento de Galeano sobre un hombre que, desde el cielo, vio que la humanidad era un mar de fuegos: algunos grandes, otros pequeños, unos serenos, otros escandalosos.
Algunos contagian, otros se apagan. Me lo pregunto seguido:
¿Qué tipo de fuego soy hoy? ¿Soy un fuego apasionado? ¿Un fuego tranquilo? ¿Uno que contagia? ¿Uno que duda? Lo único que no deseo ser es un fuego apagado, o tonto y aburrido.
Cierro los ojos, respiro profundo… y me comprometo a seguir encendiendo fuegos. A disfrutar con otros. A construir espacios donde el arte, el liderazgo y la humanidad se encuentren.
Te invito a hacer lo mismo.
Cerrá los ojos por un momento. Respirá. Y preguntate:
Cerrá los ojos por un momento. Respirá. Y preguntate:
¿Qué tipo de fuego estás siendo hoy?


MARIA CARRERAS
Directora teatral, actriz, productora, gestora cultural y coach ontológica. Con una extensa trayectoria en la escena independiente de Mar del Plata, combina arte, pedagogía y desarrollo personal. Creadora de proyectos escénicos con enfoque integrador e innovador.
Fundadora de TMC! Contenidos y organizadora de los Premios Enrique al teatro marplatense.